Cuando el progreso y la superación personal son una elección de vida
Publicado 29.3.2021
Néstor Santiago Martínez Landeta es actualmente Supervisor Eléctrico del Proyecto Campo Auca en Ecuador, donde Techint E&C ejecuta obras de superficie en el Bloque 61 del campo de producción Auca (Orellana, Ecuador). En esta oportunidad, comparte algunas de sus experiencias, logros y aprendizajes adquiridos en el transcurso de sus ocho años de empresa.
Es Ingeniero en Electromecánica de la Universidad Técnica de Cotopaxi, e ingresó en la empresa en 2013 para cumplir tareas de inspección de obra en el Proyecto Shushufindi en el Bloque 57 (Ecuador). Desde ese momento, N. Martínez ha ido desarrollando diferentes roles como ayudante, inspector y analista de operaciones, hasta llegar a su cargo actual en julio de 2019. Su secreto: demostrar a diario que el progreso y la superación personal son una elección de vida.
Aprender de los compañeros
Martínez no duda en destacar todo lo que ha aprendido en el transcurso de los años que lleva trabajando en la empresa, especialmente en el área de Operaciones. Valora lo que le enseñaron las personas de mayor experiencia, que le permitieron superarse y crecer: “Me he cruzado con personas que me han ayudado siempre de manera muy generosa, porque a veces uno no sabe dónde buscar lo que necesita. Varias veces sabía qué quería, pero no dónde encontrar la información, como por ejemplo, sobre un plano o la registración de una base documental. Y para esto, la orientación de mis compañeros fue clave, y siempre estaré muy agradecido”.
Retroalimentación entre la teoría y la práctica
Martínez destaca que lo que más le gusta de su tarea diaria es que puede combinar la teoría con la práctica: “trabajo en la obra y en la oficina, y eso es “buenazo”, como solemos decir acá. Puedo revisar en la oficina lo que hay que hacer y verificar en obra cómo se están haciendo las cosas, y muchas veces intervenir para mejorar algún proceso o tarea”.
Los desafíos son muy interesantes: “Acá nosotros proveemos servicios de ingeniería, suministros y construcción de proyectos de diversa complejidad para apoyar la producción petrolera de Ecuador, así que las tareas son variadas y desafiantes. Podemos desarrollar, por ejemplo, la instalación de estructuras de media tensión para alimentar equipos de superficie, así como el montaje de instrumentos en separadores trifásicos o sistemas de monitoreo de pozos mediante comunicación Wireless”.
Experiencias que dejan huella
Suele haber momentos determinantes que marcan para siempre la vida de una persona, ya sea en lo personal o profesional. En este sentido, N. Martínez recuerda un hecho muy desafortunado que le tocó vivir. “En diciembre de 2016 hubo un fallo (carry-over) total de los sistemas en una planta del Bloque 57 de Shushufindi. Habíamos hecho un receso por fin de año y cuando regresamos el 2 de enero nos encontramos con la desagradable noticia de esta falla, las líneas de gas se habían empaquetado de crudo. Se ensució todo de crudo, el piso y la tubería. Afortunadamente, ninguna persona fue afectada, pero esta experiencia me hizo tomar más conciencia acerca de la importancia de extremar siempre todos los recaudos necesarios para garantizar el cuidado de las personas y el medio ambiente. Es fundamental poder aprender de lo que nos sucede”.
COVID-19: vivencias, experiencias y nuevas medidas
Cuando se declaró la emergencia sanitaria en Ecuador en marzo de 2019, se suspendieron prácticamente todas las actividades. En ese contexto, el transporte público fue totalmente paralizado y el personal de la obra debió quedarse ahí por un período prolongado: “En ese momento nuestro equipo de trabajo tenía un total de 214 personas, y 21 foráneos debimos quedarnos en la obra. Yo vivo a 8 hs. aproximadamente de mi trabajo -en la provincia de Cotopaxi, Cantón Saquisilí-, así que el traslado era un tema crucial. Me quedé 98 días en la obra, y otros compañeros un poquito más de 100 días, porque cuando estaban por salir a un capataz le dio positivo el test rápido y debió aislarse con su equipo, pero por suerte pronto el PCR le dio negativo. Luego el transporte se fue gradualmente rehabilitando, la empresa nos puso a disposición un sistema de vans y pudimos ir retomando los traslados (…) Fue duro, sobre todo porque extrañábamos a nuestras familias y estábamos preocupados. Yo tengo a mi esposa en casa con una chiquita de 5 años, así que se me hizo difícil. Pero siempre pudimos estar comunicados, siguiendo el día a día de nuestros seres queridos”, señala N. Martínez.
El principal cambio implementado en la organización del trabajo durante la pandemia fue el de armar “células” que funcionaran de la manera más aislada y autónoma posible. Lo cuartos del personal pasaron a ser individuales (antes eran dobles) y se minimizó el contacto interpersonal entre las diferentes áreas, que se centró en una persona que funcionara como nexo, por lo general el supervisor: “Obviamente esto nos costó al principio, porque dejamos de tener ese vínculo tan constructivo con los demás, esos momentos de charla y bromas, por ejemplo, durante el almuerzo…pero nos fuimos acostumbrando. Tejimos en el equipo lazos de amistad y fraternidad muy fuertes, sabiendo que tenemos todos el mismo objetivo: cuidar la salud del equipo y cumplir el trabajo con los estándares necesarios”.
Además, el sistema que funciona en la obra de 22 días de trabajo y 8 de descanso evita los traslados frecuentes y minimiza los movimientos de recambio, que es en donde más posibilidades de contagio se generan.
El mayor aprendizaje de la pandemia: saber que se puede
En el equipo de trabajo de N. Martínez hubo sólo dos casos positivos de COVID-19, que pudieron recuperarse satisfactoriamente y se encuentran bien: “Nuestro principal aprendizaje fue que ¡sí pudimos, sí podemos y sí podremos! Si bien actualmente en Orellana el índice de casos es uno de los más bajos de Ecuador, sabemos que debemos seguir cuidándonos y no bajar la guardia”.
Aprender para progresar, esforzarse para crecer
La trayectoria profesional de N. Martínez ha sido siempre de crecimiento, marcada por la sucesión de roles de mayor responsabilidad: “Todo lo que he hecho siempre ha sido con el deseo de progresar como profesional y como persona. Busco cada día aprender un poquito más para superarme. Es muy gratificante ver que mi esfuerzo se corresponde con un reconocimiento, porque significa que estoy bien encaminado”.
La mayor de las recompensas
Al final del día, no hay mejor recompensa que sentir el alma en paz: “Esto se logra cuando uno tiene la certeza de que hizo todo lo mejor para garantizar la seguridad de su equipo y hacer un trabajo de calidad. ¡Así vale la pena el esfuerzo!”