Joven e inmigrante: la difícil decisión de salir del país a los 18 años
Publicado 29.12.2021
Desde Venezuela, Carlos Gómez emigró a Brasil buscando un mejor futuro para él y su familia. Otro idioma, otro país, nuevas relaciones sociales y laborales, y ahora una carrera universitaria. Hoy, como Auxiliar de Responsabilidad Social en la sede de São Paulo, comparte el camino recorrido.
“No quiero ser una carga para mis padres”, pensó Carlos Alfredo Rivas Gómez cuando, a los 18 años, veía que su ciudad natal de Puerto Ordaz- Estado Bolívar, en Venezuela, no le ofrecía las posibilidades educativas y laborales que él soñaba. Miró un mapa y analizó los mejores destinos: Colombia o Brasil. No sabía que al final del camino lo esperaba una oportunidad en Techint E&C y que se convertiría en uno más de los que, en estos 75 años de historia, transformaron su vida junto con la compañía.
Se decidió por Roraima, una ciudad bien al norte de Brasil porque, más allá de que se hablara otro idioma, estaba más cerca de su ciudad natal. Se tomó un mes de vacaciones en el trabajo, usó parte de ese dinero para acondicionar el auto y emprendió viaje junto con su madre, su tío y su abuela.
Apenas llegó a Roraima se dio cuenta de no iba a ser fácil porque había muchos venezolanos y era difícil conseguir trabajo. Aprovechó el tiempo e hizo un curso rápido de portugués en la Universidad Federal de Roraima. Al cabo de un mes, regresaron a Venezuela.
“Volví con la decisión tomada: quería vivir en Brasil, pero en una ciudad que me brindara otras posibilidades”, dice Carlos.
Entonces comenzó a buscar, a analizar oportunidades laborales, de estudio, de clima, etc. y “me encontré con la gran São Paulo, una ciudad maravillosa, queriéndome ofrecer todo”. Esta vez su viaje fue sin fecha de regreso, en avión y acompañado por sus abuelos.
“En aquel momento yo tenía 19 años, mi abuela 65 y mi abuelo 69. Ellos tenían toda una vida hecha en Venezuela, pero estaban dispuestos a dejar su país, su casa e inclusos sus hijos y nietos para venirse conmigo a un lugar que no conocían”.
La búsqueda de empleo
Era el mes de mayo. Llegaron al aeropuerto internacional de Guarulhos 2:30 de la mañana y la temperatura marcaba 14°C. “Temblábamos, era muy frío para nosotros, veníamos de un país tropical que puede tener días de más de 35ºC”. Un matrimonio conocido los recibió en su casa y lo ayudaron a Carlos a conseguir su primer trabajo formal en Brasil en una empresa de beneficios, en la que trabajó durante 9 meses.
“Tengo que reconocer que soy amante de los desafíos, y ese empleo, a pesar de que quedaba cerca de mi casa, no me generaba esa adrenalina que yo necesitaba. Un joven de 19 años, de la generación Z, lleno de energía, queriendo hacer, queriendo proponer. Sentía que el trabajo no estaba a la altura. Entonces renuncié, una de las decisiones que más lamento en mi vida porque, los seis meses siguientes me la pasé de empleo en empleo”.
Pero su futuro iba a cambiar y mucho. En septiembre de 2019, una persona de Cáritas, organización de apoyo a personas migrantes y refugiadas, se comunicó con él. “Yo estaba en contacto con ellos y con Acnur, ambas instituciones aquí en Brasil atienden a refugiados e inmigrantes. Me dijeron que había una vacante de aprendiz en una empresa multinacional, pero no me dieron mayores detalles. Ellos enviaron mi currículum y concertaron la entrevista”.
Llegó a la sede de Techint E&C en São Paulo, donde tuvo su primera entrevista. Después de eso, le dijeron que lo iban a llamar para una nueva, esta vez con la coordinadora del área.
Dos semanas después, volvió a la empresa. “Me encontré con Michele Araújo, una mujer súper seria, firme y directa. Yo sentí que aquella entrevista había sido súper difícil. Me fui pensando cómo había perdido la oportunidad de trabajar en esa empresa, no dí lo mejor de mí, no hice las cosas bien”.
Pero a las tres semanas, Carlos ya estaba trabajando en Techint E&C, en el área de Responsabilidad Social y Clima Organizacional. Ingresó como joven aprendiz, un programa que tiene el gobierno de Brasil con empresas privadas, para personas de entre 14 y 23 años.
De padre a hijo
¿Sensaciones iniciales? “Muchas emociones. Una multinacional, con sede en Argentina, perteneciente al Grupo Techint”. Además, su padre trabaja en Sidor, una empresa que fue parte del Grupo de 1997 a 2008. Cuando le contó, se emocionó muchísimo y le dijo: “Hijo, tienes que hacer carrera en esa empresa, tienes que esforzarte por dar lo mejor. Yo trabajé durante muchos años de mi vida con ellos y esos fueron los mejores años de mi vida en cuanto a aprendizaje, crecimiento, beneficios. Entonces esfuérzate, yo sé que tú tienes todo para quedarte”.
Fue un año y medio lleno de aprendizajes y conocimientos. Cuando comenzó la pandemia, pasó completamente al área de Clima y tuvo que dejar lo que más le gustaba, Responsabilidad Social. Pero, a los seis meses, le hicieron la evaluación de performance y su jefa le propuso ocuparse cien por ciento de esa área.
“Me encontré dentro de aquel mundo maravilloso y fue ahí donde empecé a pensar que era momento de comenzar la universidad”. Quería estudiar Psicología pero era muy costoso así que se decidió por Ciencias Sociales. Luego de realizar una serie de exámenes puntuales para inmigrantes, empezó la carrera en la Universidad Federal de Sao Paulo, donde cursa actualmente.
“Salí de mi zona de confort en todo sentido: idioma, nuevas relaciones personales, sociales y laborales y ahora una carrera universitaria. Sin duda, valió la pena. Y de eso voy a estar seguro siempre, especialmente cuando me reciba y esté consiguiendo todo lo que yo deseaba en cuanto a crecer, hacer, innovar”.
En enero de 2021, Carlos fue efectivizado en Techint E&C como Auxiliar de Responsabilidad Social. “El equipo preparó una sorpresa para darme la noticia de que continuaba en la empresa y fue muy emocionante para mí porque me sentí valorado, que habían reconocido mis esfuerzos, que les gusta la forma en la que yo trabajo, y eso me hace sentir feliz y agradecido”. Actualmente, Carlos es quien está al frente del área de Responsabilidad Social de la Sede en São Paulo.
Una decisión que lo cambió todo
Hoy Carlos vive con sus abuelos, su mamá y sus dos hermanos. “Estuve dos años sin ver a mi madre, hasta que en octubre de 2019, pude traerla a ella y a mis hermanos, quienes están cursando la escuela en Sao Paulo”. Su papá continúa en Venezuela porque le restan tres años para jubilarse.
Carlos siente que el hecho de haber salido de su país y de trabajar en Techint E&C ha cambiado el destino de su familia.
“Una decisión que estaba en mi cabeza trajo como consecuencia un cambio para muchas personas que yo ni siquiera me imaginaba, que se embarcaron en un avión y que hoy están aquí conmigo. Mi objetivo inicial era trabajar para ayudarlos a ellos, para intentar darles una mejor calidad de vida”.
Él también tiene planes para el futuro. “Me veo con un título de cientista social en las manos, en Brasil o en otro país. Pero yo ya me probé a mí mismo: si estuve preparado para una migración siendo un joven de 18 años, estoy preparado para las migraciones que vengan de aquí en adelante. Eso es algo que no me va a detener”.