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Un deporte para matar la nostalgia

Publicado 26.10.2021

Conoce la historia de Freinnel Fuentes, quien se unió a otros venezolanos en el proyecto Jaguatirica II para practicar béisbol.

Hace al menos cinco años, Boa Vista, la capital de Roraima, se convirtió en un punto de encuentro de diferentes nacionalidades. Brasileños, haitianos, venezolanos interactúan y definen el espacio de la ciudad como un punto de encuentro. De alguna manera, la gente de Boa Vista puede reinterpretar la clásica Canção do Exílio (Canción del Exilio), de Gonçalves Dias y decir: “Nuestro cielo tiene más banderas; nuestras calles, más personas”.

Este crisol cultural, que involucra a refugiados, migrantes, inmigrantes y nativos, es donde vive Freinnel Fuentes, de 35 años. Nacido en Maturín, en el noreste de Venezuela, enfrentó los límites que la realidad del país imponía a sus sueños y luego tomó la decisión de emigrar.

Partida y nuevo viaje a Brasil

El proceso entre la idea y la decisión parece simple, como si se tratara de mudarse de casa o de barrio. Pero, de hecho, es mucho más que eso. Freinnel cambió de país, pero también cambió el círculo de amistades que mantuvo a lo largo de su vida. La relación y el contacto con su gente y su cultura cambió cuando decidió sumergirse en un entorno completamente nuevo, con diferentes idiomas, costumbres y personas.

“Quería crecer y tener mis cosas, pero Venezuela estaba en una situación muy difícil y no encontré el espacio para desarrollarme allí”, dice Freinnel, quien en el país se desempeñaba como técnico en seguridad industrial. Con esta motivación, salió de su ciudad en septiembre de 2019 rumbo a Brasil, enfrentándose a 36 horas y casi 1.000 km en bus hasta su destino. Confiesa que la tierra verde y amarilla no fue su primera opción. Pensó en ir a Colombia, un país vecino con el mismo idioma, lo que podría haber facilitado la integración, pero su plan A no funcionó.

Después de cruzar la frontera, Freinnel estuvo casi cuatro meses sin conseguir un trabajo formal. Hasta que en enero de 2020, inició su carrera en Techint E&C, más concretamente en la Planta Termoeléctrica Jaguatirica II, como mecánico de refrigeración. En la empresa, conoció a distintas personas con diversos bagajes culturales, pero aún sentía que le faltaba algo, algo que lo conectaba con su origen. Fue entonces cuando pensó en el deporte más popular de su país natal.

Béisbol para recordar el hogar  

Para hablar de la importancia del béisbol en la vida de Freinnel, debemos remontarnos unos años atrás, a su infancia. Como el fútbol en Brasil, el béisbol en Venezuela es el deporte que encanta y mueve al país y ya había formado su carácter desde muy joven. Dice que comenzó con este deporte cuando tenía 4 o 5 años, junto con su familia, por lo que se interesó y jugó cada vez más, hasta que un drama familiar interrumpió esa conexión.

Cuando tenía 12 años, murió su hermano menor. Freinnel se alejó del campo de diamantes (como se llama informalmente al campo de béisbol) y permaneció así durante años. La herida que lo había separado de su pasión solo se superaría cuando llegara a Brasil, donde comenzó sus estudios universitarios en Seguridad Industrial. Fue solo en ese momento que pudo volver a usar guante, casco y bate de béisbol.

De inmediato, la alegría del deporte volvió a contagiar a Freinnel y ahora quiere volver con todo. Así que organizó su propio equipo de béisbol llamado “Techint” en el sitio de construcción para competir en un campeonato local en Boa Vista y, por supuesto, para recordar su hogar. Como explica Julio César García, Gerente CMASS en Jaguatirica II, “uno de nuestros valores es promover las condiciones para que todos trabajen en la multiculturalidad, y la formación de un equipo deportivo con el nombre de Techint por los propios empleados demuestra el resultado de un trabajo exitoso”.

Sin embargo, la alegría duró poco. Pronto, la práctica tuvo que detenerse nuevamente, esta vez debido a la pandemia. Los juegos, que se realizaban todos los fines de semana, se pararon durante meses, hasta que se fueron retomando paulatinamente, solo los domingos y con todos los protocolos de prevención del COVID-19 aplicados. En 2021, con el nuevo aumento de casos en el país, el béisbol tuvo que ser suspendido nuevamente.

Bienvenido a Techint

El proyecto donde trabaja Freinnel es también el lugar donde se lleva a cabo la primera acción coordinada de Techint E&C para acoger a refugiados e inmigrantes, en asociación con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y con los gobiernos locales y federales. La empresa buscó simplificar los procesos y contratar extranjeros, facilitando documentos y apoyando la integración de estas personas en la empresa y en la sociedad en general.

Las acciones coordinadas de acogida de Techint E&C llevaron a refugiados e inmigrantes a trabajar en diversos sectores de la empresa, siempre dando preferencia a la formación y área en la que habían trabajado anteriormente en Venezuela. “El equipo de RRHH local inició este trabajo y, luego de contratarlos, junto con el equipo de CMASS, mapearon la experiencia de cada uno para que pudieran trabajar en aquellas áreas en las que estaban formados”, enfatiza Priscila Leão, analista de Responsabilidad Social

A pesar de la suspensión de las práctica a causa del coronavirus, Freinnel está emocionado de practicar béisbol lo antes posible. Tiene planes de jugar campeonatos en Boa Vista, conseguir más equipos y jugadores y popularizar el equipo en Jaguatirica II. Los lugareños, en cambio, que están más acostumbrados a la pelota en los pies y no en el aire, miran los partidos con curiosidad y, si depende de Freinnel, podrían incluso sumarse a este deporte que no es común en tierras brasileñas.

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