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Para la primera andamista de Techint E&C, el límite es el cielo

Publicado 8.11.2021

Carolina Contreras pasó de ser cajera en un supermercado a convertirse en la primera andamista de la empresa. Tiene 30 años, es madre de tres hijos y nada la detiene. “Me gustaría manejar una cuadrilla de mujeres”.

En el proyecto que Techint Ingeniería y Construcción está desarrollando en la Central Térmica Barragán, en la provincia de Buenos Aires, las mujeres pisan fuerte. Entre montadoras, soldadoras, civiles y pintoras nos demuestran que no hay oficios en la industria que no puedan realizar.

Carolina Contreras es una de las 80 mujeres que trabajan en el proyecto. Comenzó como paletera, que es la persona que va guiando el movimiento de las máquinas que llevan material, hasta que un capataz le dio la oportunidad de pasar al área de Andamios.  

Ella reconoce que no es fácil trabajar en un rubro donde la mayoría del personal es masculino, pero siente el apoyo de sus compañeros y considera que los límites se los pone uno mismo.

¿Cómo te iniciaste en el oficio?

Un día, el capataz Juan Sandoval me pidió que lo acompañara a armar un burrito, que es un cuerpo de andamio, pero sin la plataforma, y que se usa para delimitar un área y que no transite el personal por ese lugar. Y luego, el grupo de capataces de Andamios habló con el supervisor para que me diera la posibilidad de sumarme al equipo. Comencé en una cuadrilla como ayudante: la condición era que tenía que estar algunos días en la oficina estudiando y otros días salir al campo.

¿Cómo te resultó ese proceso?

Una fórmula muy buena porque fui aprendiendo sobre los materiales, las herramientas y las medidas, al tiempo que aprendía el oficio.

¿Cómo trabajan en el área de Andamios?

Estamos organizados por cuadrillas y cada una tiene un puntero -que es la persona que recibe los trabajos y va guiando las tareas-, un oficial, un medio oficial y un ayudante. En este momento soy medio oficial. Arrancamos muy temprano a la mañana poniéndonos el arnés, con las tres herramientas principales que utilizamos -el martillo layer, la llave combinada y la tenaza-, y nos colocamos los EPP como el casco, los guantes, el barbijo y los anteojos. Una vez que estamos listos, salimos al campo a armar. Nuestra cuadrilla tiene un sector determinado, que es casa de bombas.

Los andamios que armamos habitualmente pueden ser:

  • Burritos, que son cuerpos de andamio de un nivel de altura, sin plataforma.
  • Plataformas de dos o más cuerpos, que son andamios de dos o más niveles de altura con sus respectivas plataformas, para llegar desde el piso a los lugares elevados.
  • Voladizos, que son estructuras tipo balcón, es decir que están en el aire, enganchados a un edificio o a otro andamio, y se usan en los lugares donde no se puede armar el andamio desde el piso.

 

¿Cómo fue la incorporación al equipo?

Mis compañeros nunca habían trabajado con una mujer. Son muy buenos y me ayudaron mucho. Algunas veces, en la hora del descanso, debatimos el tema con integrantes de otras cuadrillas: están a favor de que las mujeres estemos en obra porque piensan que aportamos otra mirada, a veces tiene que ver con el detalle o simplemente con otro enfoque y otra experiencia.

¿Cómo te sientes en el trabajo?

Muy bien, cómoda. No le tengo miedo a las alturas, ¡la altura máxima a la que subí fueron 30 metros en casa de bombas! Hoy, por ejemplo, me mandaron a otro sector porque tenían poco personal, y me tocó hacer un voladizo. Querían que trabajara desde el piso, alcanzándoles el material, pero yo no quise, así que subí y trabajé en el armado a 17 metros de altura.

¿Qué balance haces de este camino y adónde quieres llegar?

En estos años conocí gente que me ayudó mucho, entre ellos a los nuevos compañeros que están dirigiendo el sindicato de trabajadores porque me dieron la posibilidad de crecer; lo mismo en Techint E&C, donde me dieron el espacio y las herramientas para aprender. ¡Todo el equipo de Andamios me incentiva y me apoya! Recién estoy arrancando en este oficio, pero me gustaría manejar una cuadrilla de mujeres.

Decidiste salir de tu zona de confort, ¿qué mensaje les darías a otras mujeres?

Que se animen porque yo lo hice por mí y por mis hijos. En la vida hay que progresar, hay que seguir adelante, hay que crecer y hay que luchar por lo que uno se propone. Las mujeres lo podemos hacer. Como en la construcción de los andamios, uno pone el límite al que quiere llegar.

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