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#MujeresQueConstruyen: “Techint me dio la oportunidad de demostrar lo que sé y de lo que soy capaz”

Publicado 6.9.2022

Danya Hernández es soldadora en el Taller de Prefabricado en México. Además, capacita a otros colaboradores que quieran aprender el oficio. El recorrido para llegar hasta aquí no fue fácil, pero considera que todas las experiencias valieron la pena.

“Previo a ingresar a Techint, mi papá había enfermado, entonces mi madre y yo nos vimos en la necesidad de salir a buscar trabajo. Unos excompañeros de escuela me comentaron que una compañía estaba contratando mujeres para trabajar en un astillero; no lo dudamos, teníamos que intentarlo.

Fuimos hasta las oficinas de la empresa. Recuerdo que inicialmente nos dijeron que no contratarían mujeres, pero no desistimos, investigamos y nos enteramos que al día siguiente iban a estar los encargados, así que volvimos. Uno de los directivos del astillero nos dio unos exámenes para contestar –estaban solicitando tuberos–, yo no sabía nada y mi mamá menos.

Ya en el lugar y tras responder los exámenes, me armé de valor, me acerqué a él para explicarle que no sabíamos el oficio, pero que teníamos ganas de trabajar y eso haría que aprendiéramos.

Considero que mi tenacidad tuvo un impacto positivo porque al día siguiente acudimos nuevamente y, cuando nos vio, dijo: ‘Las dos mujeres ya pasaron la prueba’. A mí me designaron como ayudante de tubero en el turno tarde y a mi mamá en el turno nocturno. Ahí comenzó la gran aventura”.

En esa empresa aprendió el oficio: empezó punteando soportería y luego comenzó a usar el equipo de oxicorte.

Danya Hernández tiene 27 años y es originaria de Salina Cruz, estado de Oaxaca, México. Ingresó a Techint E&C en junio de 2019 en el proyecto LACA (Laminador en Caliente), en Monterrey, y actualmente es soldadora en el Taller de Prefabricado.

Comenzó como soldadora de placa, haciendo soportería, pero como había pocos operadores le hicieron unas pruebas teóricas y prácticas y la habilitaron para ser operadora de plataformas de elevación, así pudo desempeñar dos funciones.

“Algo importante en este proceso es que el supervisor encargado de las pruebas era una mujer, que se ganó mi admiración porque me guió en el aprendizaje; de hecho, cuando tenía dudas, ella me explicaba tantas veces fuese necesario, fue mi mentora”, comenta Danya.

Conforme a las exigencias de los proyectos en los que estuvo, fue desarrollando sus habilidades. “En el astillero aprendí sobre la marcha porque eran soportes sobre mesa, de ahí fui practicando sobre cabeza y, para cuando llegué a Monterrey, ya tenía conocimientos; en el proyecto LACA aprendí a soldar con gas argón. Uno siempre debe tener hambre de querer aprender, yo aprovechaba mi tiempo libre de reposo o almuerzo para practicar e ir tras mi objetivo”, dice sonriente.

Hoy, en el Taller de Prefabricado se ocupa de soldar tuberías de mediano y alto espesor que solicitan para las plantas de la Refinería Dos Bocas, con soldadura automática, que se realiza con apoyo de una máquina que permite una producción más rápida.

“Para ello tuve que aprender en mis ratos libres, aquí en el Taller me dieron la oportunidad de habilitarme como soldadora automática. También, cuando puedo, capacito a hombres que quieren aprender el oficio”, afirma Danya.

Como única mujer soldadora automática en el Taller “me siento orgullosa de mí porque sé que estoy lejos de casa, desempeñando un oficio que no es común para mujeres. Los compañeros reconocen mi trabajo, otros incluso me dicen que me admiran, eso me gusta y me motiva a mejorar”.

“Como esta labor no es tan habitual para las mujeres, hay que demostrar que podemos realizar trabajos especializados; cuando ven que uno sabe soldar y tiene experiencia, la situación cambia para bien; resulta satisfactorio modificar positivamente la percepción de los demás”, comenta.

Para Danya no hay límites ni fronteras, está dispuesta a trabajar fuera de México. “¡Me encantaría!”, dice entusiasmada. “Ojalá se me diera ir más allá de mi zona de confort”.

En el futuro se ve continuando su trabajo como soldadora y en Techint, afirma. “Me gustaría seguir en Techint porque me dio la oportunidad de demostrar lo que sé y de lo que soy capaz. Aquí me contrataron como ayudante de soldador, demostré que sabía el oficio, me dieron la oportunidad de hacerlo, me calificaron como soldadora y aquí estoy, contribuyendo en uno de los proyectos más importantes de la empresa”.

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