Guido Martino, Gerente Corporativo de Diseño de Piping, con tan solo 36 años y casi la mitad de su vida en la empresa, participó en numerosos proyectos de la compañía y destaca que prefiere aquellos trabajos que representan un mayor desafío profesional.

¡Cuidado con lo que soñás, porque se hace realidad!”. La frase que Guido Martino elige para compartir con los jóvenes profesionales o estudiantes que aspiran a convertirse en ingenieros o ingenieras dice mucho sobre su historia. El trabajo duro, el esfuerzo y la curiosidad lo llevaron a crecer en la compañía hasta llegar a convertirse en Gerente Corporativo de Diseño de Piping hace algunos meses.

Guido tiene 36 años y es Ingeniero Mecánico egresado de de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Buenos Aires. Ingresó a Techint E&C con tan solo 19 años como JT (denominación que existía en aquel momento para referirse a los jóvenes técnicos) en el Área de Ingeniería de Piping. Más adelante, se desempeñó como Proyectista de Piping, después Ingeniero de Piping y luego fue Jefe de Especialidad de Piping desde diciembre de 2017. Meses atrás, cuando su jefe se retiró, propuso a Guido como su sucesor.

A lo largo de todos estos años, Guido participó de numerosos proyectos dentro de las distintas subáreas de la especialidad. Estuvo involucrado en Rabigh para Aramco, ESSO Clean Fuels, El Sábalo, Hidrodesulfuración para YPF CILP, Pascua Lama, Fortín de Piedra y Dos Bocas, entre otros. Rotó por varias oficinas de ingeniería en el mundo, entre ellas la de Milán, desde donde trabajó para Egipto e India.  

Él considera que todo nuevo proyecto es una nueva aventura. Claro que se inclina por los que representan un mayor desafío. Fortín de Piedra, por ejemplo, fue de los más intensos. Se construyó en 18 meses, con un alto impacto tanto para la empresa como para Argentina. En una oportunidad, le tocó asistir al Planetario como invitado, donde hicieron una presentación con proyección del proyecto para estudiantes del secundario. “Todos tenemos anécdotas de esa etapa. Se hizo una batería de cosas. Otros proyectos, incluso más grandes, no tuvieron este impacto. Explotó para distintos lugares. Es como una bandera, una obra icónica para la compañía”, comentó.

También le tocó trabajar para el proyecto Pesquería. “Este es un ciclo térmico. Parecía fácil, pero el tema es que el vapor está a 565 grados y no lo pasás por cualquier caño. Tuvimos que leer, aprender, enseñar, ver los errores e ir mejorándolos”, confiesa Guido. Además, destaca que esto también les sirve para formarse y reforzarse como equipo. “Aprendés mucho más en un proyecto desafiante técnicamente que en uno donde tenés que aprender solo dos o tres tips”.

A poco de cumplir dos décadas en la empresa, Guido se mantuvo en constante movimiento. “Techint E&C es un lugar para personas inquietas. Las oportunidades y proyectos aparecen y tenés que poner tu parte para ver qué aportás y que tomás. Podés estar sentado en una silla haciendo lo que te pidieron o podés levantarte e ir a buscar el conocimiento, la innovación, la mejora, reunirte con otros y ver cómo buscarle la solución a algún problema. La verdad es que los proyectos son de una magnitud tal que te dan la posibilidad de desarrollar el bichito que te pique o en lo que encontrás curiosidad”.

Una de las cosas que más lo motivan es ver que todos los días hay un gran número de personas empujando un mismo proyecto de ingeniería. “Es ver cómo hacemos lo que soñamos. El proceso técnico es un proceso creativo. Están las fórmulas que sabés cómo se calculan o métodos de proceder, pero todo eso tiene un componente creativo. Si no todas las plantas serían iguales”.

Para Guido, una de las cosas más apasionantes de su trabajo es que “lo que hacemos no queda en el escritorio, sino que se transforma en realidad. Los resultados se pueden ver. Y ahí tomás impacto de lo que estás haciendo. Son desarrollos aplicables a la construcción que después se convierten en realidad. Ese es nuestro principal diferencial y lo que nos hace ser tan apasionados de nuestro trabajo”.