Yadira Vianey Montero Hernández es una de las médicas de Techint E&C. Ingresó en plena pandemia del COVID-19 a la sede de México. “Trabajar en Techint E&C es un reto y un aprendizaje constante”.

Yadira Vianey Montero Hernández es Médica Cirujana y Homeópata y tiene una Maestría en Salud Ocupacional, Seguridad e Higiene.

Su ingreso a Techint E&C fue hace un año y medio, en plena pandemia del COVID-19. “Fue un reto importante poder subirme al barco y tomar el timón, con el objetivo de apoyar, cuidar y acompañar a los pacientes que estuvieron con esta afección, ya que en todo momento persistía el riesgo de contagio y muerte, y siempre teniendo como regalo o satisfacción la recuperación de cada uno de mis pacientes”, dice.

Yadira siempre se dedicó a la medicina laboral. Le encanta estar en interacción con la gente, conocer y descubrir cada una de las tareas laborales para saber cómo prevenir o controlar alguna afección, así como evitar los accidentes de trabajo.

Su misión es llevar adelante la atención médica preventiva de los colaboradores y acompañar y controlar algunas comorbilidades para que puedan desempeñar sus tareas laborales día con día, procurando la estabilidad física, mental y emocional de cada uno de ellos. Tareas que van de la mano de campañas preventivas, pláticas y vigilancia de salud.

“Trabajar en Techint E&C es un reto y un aprendizaje constante. Lo que más me gusta es servir y apoyar a cada uno de mis pacientes en forma preventiva para tener un ambiente laboral sano”, afirma Yadira.

El mayor desafío que tuvo que enfrentar en la empresa fue, y sigue siendo, el COVID-19. “He tenido que llevar de la mano a los empleados afectados por esta enfermedad y a sus familiares, salvaguardando su integridad hasta saberlos completamente recuperados”. La forma en que ha manejado las distintas situaciones ha sido mediante el monitoreo diario por diversos medios -llamadas telefónicas, mensajes de texto, whats app, teams, en algunos casos videollamadas-, la programación de valoraciones médicas con especialistas (neumólogo e internistas), la realización de estudios médicos y, en algunas ocasiones, el apoyo de tanques de oxígeno.

Yadira considera que, durante el primer año de pandemia, lo más difícil fue manejar la parte emocional del paciente o de los familiares. “Cuando el paciente comenzaba con síntomas, el factor psicológico era el que se veía más alterado. Lo que nos ayudó mucho fue estar en contacto con ellos, dedicarles tiempo, poder escucharlos, ver cómo se sentían y así poder atacar esas sensaciones emocionales, especialmente cuando la persona había perdido varios seres queridos”.

El consejo para los jóvenes que dan sus primeros pasos en el camino laboral, independientemente de la carrera que hayan estudiado, es que “inicien con la mejor actitud y humildad, que aporten su conocimiento y experiencia, y que tengan la apertura para mejorar y desarrollarse”.