Julieta Molina es Ingeniera Ambiental y Gerenta de Calidad, Medio Ambiente, Seguridad y Salud (CMASS) de Techint Ingeniería y Construcción en el Área Sur. En esta entrevista cuenta los proyectos de los que formó parte y los desafíos que tuvo que enfrentar en el camino.

Conoce la historia de una ingeniera que quiso salir de su zona de confort y, luego de 10 años de trabajar en la sede de Buenos Aires de Techint E&C, pasó a vivir la experiencia del proyecto. Hoy, con nuevas responsabilidades como Gerenta de CMASS de Área Sur, sostiene que hay que capacitarse y trabajar continuamente para crecer y lograr alcanzar todos los objetivos que uno se propone

¿Cómo fue tu ingreso a Techint E&C?

Después de recibirme de Ingeniera Ambiental en la Universidad de Flores, en Buenos Aires, Argentina, cursé el posgrado en Seguridad e Higiene en la Universidad de Buenos Aires con dos personas que trabajaban en la compañía, Marcos Cavalli, Gerente de CMASS de Área Andina, y Martín Ronnow, actual Jefe de CMASS del proyecto Oldelval, quienes me recomendaron ir a una entrevista. Ahí me comentaron que había una posición como ambientalista en la selva de Perú, pero no podía dejar los estudios. Más adelante, me volvieron a convocar para ese mismo proyecto con asignación desde Buenos Aires, así que, en 2007, empecé a trabajar en Techint E&C dando soporte en temas de seguridad y medio ambiente para el proyecto Perú LNG.

¿Cómo siguió tu camino en la compañía?

Cuando terminé el posgrado, viajé un mes al proyecto Perú LGN. Fue una experiencia fantástica, participé de las primeras actividades desde Lima.

Luego me sumé al equipo de CMASS corporativo, asistiendo en actividades puntuales para diversas obras: Proyecto Incremental Área Magallanes y TGS en Argentina; Papelera Montes del Plata en Uruguay y la Ampliación Tenaris Tamsa en México, entre otras. Incluso, en algunas oportunidades me sumé al equipo de auditores, que está a cargo de Omar Campos, Auditor de CMASS corporativo, y en auditorías de proyectos como: Sábalo en Bolivia, Efluentes Maldonado y Líneas de Alta Tensión en Uruguay, Servicios Minera Escondida Limitada en Chile, Plantas Shushufindi en Ecuador, Plataforma OSX en Brasil; y varios más en Argentina, como la Ampliación de la Línea H, Punta Negra, Potasio Río Colorado, Central Atómica Atucha, etc. Además, viajé a Italia para ayudar a integrar la certificación de Normas ISO y fue una experiencia muy valiosa.

¿Cuándo decidiste hacer un cambio de 180 grados e ir a vivir a proyecto?

Cuando estaba por cumplir 10 años trabajando en sede, me propusieron participar en el desarrollo de los estudios ambientales de Fortín de Piedra en Argentina, durante el lanzamiento del proyecto. Empecé a participar desde sede y hacía viajes coordinando trabajos de consultoría ambiental, hasta que me di cuenta de que necesitaba vivir ese desafío, salir de lo corporativo e ir al corazón del proyecto, y me aceptaron en su equipo Raúl Ymaz, actual Jefe de CMASS de Cogeneración, en Refinería Dos Bocas en México, y Juan Carlos Pais, actual Gerente de CMASS de GPNK, en Argentina.

Conocer los proyectos, estar en el sitio y ver la forma en la que se trabaja me ayudó a tener una mirada amplia y real del impacto positivo de nuestro trabajo. Estar en el día a día de un proyecto fue especial. Varias personas me preguntaban: “¿Vas a salir de tu zona de confort?”. Pero sentía que era un crecimiento profesional y personal.

Luego fui a trabajar a Chile, proyectos EWSE, en Antofagasta y Quebrada Blanca en Iquique.

Y después nació tu hijo…

Al contrario de lo que imaginé, la maternidad y mis obligaciones laborales convivieron en total armonía, incluso viviendo en el campamento que estaba a 1.000 msnm. Cuando cursaba el séptimo mes de embarazo, regresé a Argentina.

¡Sí, nació Dante!, en pandemia, y como es de esperar, fue un gran desafío retomar las actividades.

Trabajé a distancia para el proyecto Quebrada Blanca y proyecto C20+ y luego me sumé al Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, Argentina, donde también en forma remota, trabajé en la coordinación del grupo de Ambiente, arqueología y paleontología, y en la interacción con el cliente y autoridades.

Y ahora, ¡gerenta!

Fue una sorpresa para mí y estoy muy agradecida por esta promoción. La considero una gran oportunidad profesional, al igual que las oportunidades que me dieron desde los proyectos durante toda mi carrera, cada vez que me permitieron formar parte de sus equipos de trabajo y la ayuda continua de grandes líderes que tenemos en esta compañía, me ayudaron a estar preparada hoy para sumar nuevos desafíos, en lo profesional y en lo personal.

Es importante no plantearse cuestionamientos como: “No sé si voy a ser capaz de encarar esa actividad o proyecto” porque te das cuenta de que, finalmente si te animas, te enriqueces profesional y personalmente. Con las competencias adecuadas, todo se puede lograr. Eso sí, hay que continuar formándose, no dejar pasar las posibilidades de capacitación y trabajar mucho, pero luego viene el reconocimiento y es una gran satisfacción.

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