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“El arte complementa mi vida laboral”

Publicado 19.4.2024

Fernando Echaiz es ingeniero civil con 21 años de trayectoria en Techint Ingeniería y Construcción. La pintura es su “cable a tierra” y esta pasión lo ha llevado a ser más creativo y encontrar otros enfoques a la hora de encarar desafíos en el trabajo.

 

Desde el sector de Operaciones y Administración de Contratos de Techint Ingeniería y Construcción, Fernando Echaiz participa de grandes proyectos, entre ellos el recientemente terminado Parque Eólico Buena Ventura, en la Provincia de Buenos Aires. Pero además de tener una carrera profesional exitosa, el ingeniero civil cuenta con una fuerte pasión por el arte, que le brinda importantes satisfacciones.

Fernando ingresó en la compañía en el 2003, unos meses antes de graduarse de Ingeniero Civil en la Universidad Nacional del Sur de Bahía Blanca (Buenos Aires). Comenzó su carrera en Ferroexpreso Pampeano (FEPSA) en el área de Operaciones y continuó en Planificación. Luego de realizar un postgrado en Control de Costos y Gestión Empresarial en la Universidad de Buenos Aires (UBA), incursionó en Tecnología en Servicios Urbanos (TESUR), donde se desempeñó en el área Comercial.

“Mi camino en la Organización Techint me enriqueció con una variada experiencia laboral, tanto en las obras como en las oficinas, porque pude aprender de profesionales con gran trayectoria. Además, aquí encontré una amplia red de contactos, muchos compañeros y amigos”, destaca Fernando al hacer un balance de su carrera.

Sumando color en el trabajo

Desde pequeño Fernando disfruta dibujar y pintar. Hace algunos años atrás decidió tomar clases de pintura sobre tela con óleos y acrílicos en el estilo del “realismo figurativo”.

A través del arte, ha logrado alcanzar diversos objetivos, desde participar en concursos hasta diseñar tapas de álbumes musicales e incluso plasmar murales en el barrio de La Boca, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Aunque no se describe como un “artista plástico en el sentido convencional”, pintar ha sido un refugio y una fuente de inspiración constante en su vida.

“Siento que el arte complementa mi vida laboral, que requiere de creatividad y diferentes enfoques para resolver los desafíos que se presentan en el día a día. Suelen decir que los ingenieros somos ‘estructurados’, y esto suele ser cierto, por eso vienen bien todas las actividades que tiendan a ‘desestructurar’, que en mi caso es la pintura. Es mi cable a tierra”, señala Fernando.

Además, el ingeniero destaca cómo el arte y el deporte pueden mejorar la comunicación, generar empatía y fortalecer la confianza dentro de los equipos técnicos. “Siempre resulta efectivo para alcanzar mejores resultados”, afirma.

La historia de Fernando demuestra cómo las pasiones individuales influyen positivamente en el desarrollo personal y pueden enriquecer enormemente la vida profesional y al equipo de trabajo.

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