Natalia es ingeniería civil y actualmente se desempeña como Jefa de Oficina Técnica de Techint E&C en Chile. Su vida dio un giro cuando pasó de hacer diseño de edificios habitacionales al rubro de la minería. Uno de los desafíos profesionales más grandes que le tocó realizar fue comandar las pruebas hidráulicas para el proyecto Los Bronces III.

Al relatar su experiencia, Natalia Palma Piñeira parece asombrada por lo logrado. Con la misma fascinación que una niña a la que todo le sorprende, cuenta en detalle cómo se realizó aquel trabajo icónico y transmite la pasión por lo que hace. Los Bronces representó el proyecto en el que estuvo a cargo de su primera prueba hidráulica, con toda la responsabilidad que representa verificar que la construcción de un ducto haya sido ejecutada de manera correcta.

Por lo general, para la prueba hidráulica se hace un llenado de la cañería con agua, alcanzando por lo menos una presión de hasta un 25% extra de lo que está estipulado como uso cotidiano de la misma. “Es algo súper importante, un hito que verifica que todos, desde el diseño hasta la última soldadura, hemos hecho las cosas bien y de esa manera el cliente se queda tranquilo de que su obra está lista para comenzar a operar”, explica.

Es una etapa donde se debe ser muy rigurosos con la seguridad y controlar los procedimientos para no producir daños materiales o hasta humanos. “Al terminar con éxito aquella prueba, ¡estaba feliz! Todos me miraban raro, porque ese trabajo es algo muy común de realizar en Techint E&C. A nosotros como empresa siempre nos han salido bien estas pruebas, por eso muchos lo viven como algo muy cotidiano, pero cuando estás a cargo de eso…. es diferente”, cuenta con alegría porque todo salió bien.

Natalia es madre de tres hijas, casada con un hombre incondicional y que en todo momento apoya su crecimiento profesional. Llegó a Techint hace nueve años, tras realizar trabajo de oficina como ingeniero estructural, diseñando edificios habitacionales. Al graduarse nunca imaginó meterse en la minería. Sin embargo, advirtió que eso le garantizaría una continuidad laboral de calidad en Chile, donde la actividad es de las más importantes. “Me di cuenta de que la carrera que había estudiado era realmente versátil, que tenía herramientas para trabajar y aportar en esta nueva área”, rememora.

Sus roles en Techint E&C fueron cambiando muchísimo. Lejos quedó el diseño estructural y la ingeniería para nuevos proyectos que hacía en sus inicios. Sin darse cuenta, pasó a dar asistencia técnica, a ir a campo, a buscar información para realizar ingeniería de apoyo al montaje, a meterse en el área de materiales, análisis técnico, comercial y presupuesto. Empezó a hacer labores administrativas, tener gente a cargo -proyectistas e ingenieros más junior-, a tomar más responsabilidades y las cosas empezaron a variar.

“Era como el comodín del público, donde pudiera aportar, ahí iba. Era la única ingeniera civil que había en el equipo y tenía mucha cancha para contribuir en todas las áreas”, destaca. Fue entonces que le asignaron el cargo de Jefa de Oficina Técnica, donde hace parte de lo que hacía antes y se sumaron tareas nuevas, como coordinación, topografía, realización y gestión de procedimientos con el área de Operaciones y diseño de la ingeniería de montaje.

Tradicionalmente, la profesión que eligió Natalia ha sido desarrollada en su mayoría por hombres. Aunque asegura que en sus inicios tuvo dificultades para encontrar un lugar como profesional, ahora es todo mucho más sencillo por toda la experiencia que tiene. “Si bien en Techint E&C la mayoría de los cargos jerárquicos están ocupados por hombres, yo siento que nos ofrecen las mismas oportunidades y el mismo apoyo para poder progresar que a cualquier otro profesional, y yo voy por el camino correcto”, reflexiona.