“Hay que animarse a pensar permanentemente en nuevas ideas”
Publicado 27.4.2021
Juan Pablo Hernández es actualmente Supervisor de Topografía en el Proyecto Fortín de Piedra Fase 4 - planta Desalado (Añelo, Provincia de Neuquén, Argentina), en donde se están sumando equipos adicionales para el tratamiento de gas y desarrollado nuevas instalaciones.
Ingresó en Techint E&C en 2017 como topógrafo en Fortín de Piedra, cuando comenzó la participación de Tecpetrol en el desarrollo de la zona. Colaboró en diferentes proyectos para YPF, Mega, Pluspetrol, entre otros. Se define como topógrafo “de oficio”, con una profesión que heredó de su padre, quien supo transmitirle el amor por el trabajo y el don de un espíritu curioso. Innovador por naturaleza, Juan P. Hernández mira el mundo con la premisa de que “todo puede mejorarse” y la certeza de que con conocimiento y perseverancia los cambios son posibles. Gracias a su iniciativa, recientemente se incorporaron los drones como herramientas de trabajo para relevar la información topográfica de las obras.
El vaso lleno de la pandemia: trabajo globalizado y capacitación permanente
Juan P. Hernández describe todas las medidas que se toman actualmente como consecuencia de la pandemia del COVID-19: “tenemos un esquema de 21 días de trabajo y 7 de descanso, lo que disminuye la circulación de personas, y funcionamos como células de trabajo. Estoy siempre en “burbuja” con mi equipo de topografía de 5 personas, trabajamos y hacemos las comidas juntos, siempre respetando los protocolos de distanciamiento y seguridad”.
Pero más allá de enumerar todos los desafíos que ocasionó la pandemia, Juan P. Hernández destaca con entusiasmo algunos de los beneficios que surgieron de ese escenario de crisis: “Por un lado, gracias a todas las herramientas tecnológicas que se debieron implementar para suplir la presencialidad, se pudo globalizar el trabajo y borrar la distancia entre el campo y la oficina. Esto es maravilloso, porque ahora desde el campo, con Microsoft Teams por ejemplo, podemos hacer consultas a especialistas o reunirnos con compañeros que están en sus oficinas en cualquier parte del mundo. Antes, el campo funcionaba de manera más aislada, pero ya no somos mas “los del campo” y “los de la oficina”, sino que somos un todo integrado. Como consecuencia de la pandemia, tenemos herramientas de última tecnología que nos permiten trabajar de manera colaborativa a nivel internacional.
Por otro lado, también gracias al desarrollo tecnológico, comenzamos a tener mayores facilidades para capacitarnos sin trasladarnos de la obra y eso nos cambió la vida. Yo participo del Plan de Desarrollo de Supervisores que es excelente, me mantiene activo y me da un aprendizaje continuo. Esto me gusta mucho de la empresa: te da la posibilidad de tener un plan de carrera, con una dirección y contención que va más allá de cualquier proyecto, que apunta a mantenerte en eje y enfocado. En tiempos de pandemia, esto fue de vital ayuda para mi”.
Cómo innovar desde el rol de supervisor: estudiar la tierra desde el cielo
Para Juan P. Hernández la realidad siempre puede mejorarse, sólo hay que animarse a pensar en cómo obtener los cambios deseados. Por eso, señala que cuando detecta una necesidad o un problema piensa en cómo pueden mejorarse, y comienza a investigar y formalizar propuestas. Muchas veces su trabajo de análisis e investigación da resultados realmente exitosos: este es el caso de la incorporación del dron como herramienta de trabajo en los proyectos.
“Cuando tuve la posibilidad de conocer cómo funcionaba un dron me di cuenta de lo valioso que sería su utilización para la topografía. Primero, mi hermano se compró un dron para hacer fotos y videos, y al poco tiempo lo imité y comencé a investigar sobre sus aplicaciones en el trabajo. Eran mediados de 2018 y empecé a llevarlo al proyecto de La Calera para hacer pruebas y aprender. Fuimos perfeccionándonos, y ya a comienzos de 2020, en el proyecto para Mega, arrancamos con los drones en funcionamiento, con un sistema de monitoreo semanal y actualizaciones para todos los sectores. Fue crucial su utilización durante la pandemia, cuando las personas no tenían la posibilidad de ir presencialmente a las obras, muchos clientes no podían viajar desde Buenos Aires y gracias a los drones pudieron ver los avances de manera permanente”.
La implementación de los drones requirió de un arduo trabajo de aprendizaje: “Tardamos aproximadamente dos años. Empezamos con simples fotografías desde arriba y hoy hacemos hasta modelos en 3D de las instalaciones y los ductos. Además, la utilización de los drones está asociada a varios programas que se emplean en paralelo, como Arcgis, que permite centralizar la información y sumar la ingeniería y data del avance de la obra a la fotogrametría”.
En todo este recorrido de innovación, Juan P. Hernández señala que fue fundamental el apoyo de la empresa: “Siempre me sentí acompañado, puntualmente con la ayuda de mi supervisor inmediato, Thiago Zurita que es Project Manager, que siempre confió en mi y supo guiarme y hacer todas las devoluciones y críticas constructivas necesarias para que este desarrollo sea posible. Además, desde la Gerencia de Innovación de Techint me sentí también apoyado, ya que Guillermo Cremaschi siempre avaló la importancia del proyecto innovador y la decisión de replicarlo en otros países. Hemos tenido reuniones con colaboradores de México, Perú y Chile para comenzar con la implementación, así que estoy trabajando en manuales, tutoriales e instructivos”.
El mandato paterno: enseñar todo lo que uno sabe
Juan P. Hernández tuvo un gran maestro: su padre, quien ejerce la profesión desde hace más de 40 años. Relata que, en sus inicios, su padre le pasaba las tareas a él y le daba la confianza para realizarlas, siempre ayudándolo si fuera necesario. Por eso, internalizó una concepción “solidaria” del conocimiento, como algo que siempre debe compartirse: “Tengo la convicción de que uno siempre debe enseñar todo lo que sabe. En primer lugar, porque es una retribución hacia aquellos colaboradores que trabajan dando lo mejor a diario. Si el día de mañana me trasladan a otro proyecto, debo tener la tranquilidad de que el equipo que trabajó conmigo podrá desarrollar las tareas requeridas, por eso siempre le digo a los chicos que todos deben aprender a hacer todo. Es fundamental, para nosotros como supervisores, contribuir en la formación de los colaboradores para que puedan realizar un trabajo de calidad”.
Cómo descansa un emprendedor…pensando
Entre su familia en Piedra del Águila (Provincia de Neuquén), su hija de 8 años y la pesca con mosca, sus días de descanso pasan rápido. No obstante, el mayor descanso para Juan P. Hernández es pensar en nuevas ideas: “Hay que animarse a pensar permanentemente en nuevas ideas. Obviamente nos podemos equivocar, pero también podemos ser mejores. El que hace se equivoca, y el que no hace…nunca lo sabrá”.