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Guillermo Cordero: “Techint es parte de mi vida”

Publicado 31.7.2024

Con 55 años de trayectoria en la compañía, el ingeniero repasa su extensa y fructífera carrera, su experiencia como joven profesional, los más de 40 proyectos en 12 países que transitó y los cambios tecnológicos en el centro de la escena. Conoce su historia.

 

Allá por 1969, con 25 años y recién recibido de ingeniero químico, Guillermo Cordero ingresó a Techint Ingeniería y Construcción a través del Programa Jóvenes Profesionales. Hoy, a 55 años desde aquel inicio y con un larguísimo camino recorrido colmado de logros, afirma que la compañía le brindó la oportunidad de tener el desarrollo profesional con el que soñaba desde que era estudiante. “Techint es parte de mi vida y me siento muy cómodo trabajando en equipo, compartiendo con mis compañeros los problemas y los desafíos de todos los días”, destaca.

Durante todo este tiempo, sus principales actividades han sido los cálculos hidráulicos, térmicos y de transferencia de masa durante la ingeniería de detalle de refinerías, plantas petroquímicas, centrales térmicas y acerías; el diseño básico de ductos de crudo, gas, agua y suspensiones; el desarrollo de software propio y de procedimientos de calidad para cumplir con estándares internacionales.

Primeros pasos

Dentro del trayecto de Jóvenes Profesionales, Guillermo ejecutó programas para flujo de fluidos, intercambio de calor, gasoductos, oleoductos y golpe de ariete. “Usábamos calculadoras de bolsillo. Compartíamos una computadora entre muchos usuarios y teníamos que hacer cola para utilizarla”, recuerda.

En aquella época, la Gerencia de Ingeniería de Techint E&C estaba dividida en el Departamento Mecánico y el Departamento Civil quienes apoyaban a las empresas del Grupo Techint en trabajos pequeños, como agregar líneas o incorporar algún sistema de bombeo. “Los proyectos grandes, en ese momento, venían totalmente diseñados del exterior y nosotros lo que hacíamos era ayudar a implementar la construcción. A veces hacíamos alguna ingeniería de detalle, algún servicio auxiliar y aclarábamos consultas del cliente, pero siempre en contacto con la empresa que había hecho la ingeniería básica”, rememora Guillermo.

Más tarde, fue convocado para dos obras en Brasil: el desarrollo de la ingeniería básica y de detalle de una planta de vaselinas sólidas y líquidas y el diseño del sistema de antorcha en la refinería Duque de Caxias.

 

La tecnología como aliada

En menos de una década, el avance tecnológico cambió por completo la dinámica de la ingeniería de procesos. En pocos años, se pasó de usar calculadoras de bolsillo y unas pocas computadoras disponibles a la implementación de las planillas en Lotus, que tenían un lenguaje de programación sencillo y fueron muy útiles para facilitar los cálculos hidráulicos, térmicos y de transferencia de calor.

Pero el gran salto se dio con la aparición de las planillas Excel, con un lenguaje avanzado de programación. Guillermo señala: “Todos los procesistas colaboraron en la conversión de las planillas Lotus a Excel, con un gran trabajo de equipo. Esto es el pan de cada día. Nos permite satisfacer rápidamente las consultas de los clientes y ser productivos. Cuando a fines de los 80 apareció el primer proyecto para un ducto de YPF, que fue el Oleoducto de Malargüe – Luján de Cuyo, nosotros hicimos los cálculos de pérdida de carga para diseñar las estaciones de bombeo intermedias. Y a partir de ahí fue una seguidilla de ductos de distinto tipo en varios países, todas obras muy importantes”, comenta.

 

Un antes y un después

Entre 1999 y 2004 Techint E&C construyó el Oleoducto de Crudos Pesados en Ecuador y Guillermo, quien realizó los estudios hidráulicos, asegura que quedó “impactado”, al competir y ganarle la licitación a una compañía norteamericana.

“Habíamos empezado a utilizar un software para simular condiciones dinámicas. Por ejemplo, qué pasaba cuando se abrían o se cerraban válvulas. Eso nos permitió optimizar el tonelaje de las cañerías. Adoptamos diámetros desde 36 pulgadas hasta 24 pulgadas, logrando un costo mucho menor para el proyecto que el propuesto por la empresa norteamericana participante, con diámetro único para los 500 km. Esa fue una experiencia muy interesante para darnos confianza de que podíamos hacer proyectos grandes y competir con empresas de nivel internacional”, agrega.

Por aquellos años, Guillermo también participó de la construcción de la planta de tratamiento de gas Hawiyah II (Arabia Saudita) y del gasoducto Camisea (Perú). Más tarde, colaboró en la ampliación de estos ductos para gas y de líquidos de gas natural (NGL).

 

En ascenso

En 2007, Guillermo fue designado Jefe del Departamento de Procesos y, desde ese rol, tuvo participación directa en varias obras tales como el Gasoducto del Noroeste (Argentina), el Gasoducto de Humay (Perú) y el Oleoducto Norperuano. Asimismo, fue parte de la licitación del Gasoducto de Chihuahua y de la oferta de etanoductos de gas y de líquido para Pemex, en México.

Guillermo hace hincapié en el valor de la ayuda entre sectores, que ha permitido llevar los planes a buen puerto. “El elemento esencial, y que siempre tuvimos en la Gerencia de Ingeniería, es un buen clima de cooperación y de respeto entre las distintas especialidades. Cuando teníamos consultas, muchas veces discutíamos entre nosotros y la experiencia de uno ayudaba a resolver los problemas del otro. Eso es muy común en nuestra manera de trabajar y siempre nos sentimos muy respaldados”, revela.

 

Otros proyectos

A lo largo de su carrera, Guillermo se involucró de varios proyectos para los distintos segmentos del mercado. Trabajó en la unidad de solventes de la refinería Planalto Paulista (Brasil), en la tercera ampliación de la acería de Dálmine Siderca S.A., en obras para Celulosa Argentina, Propulsora Siderúrgica S.A. e YPF, en el Laboratorio de procesos radio químicos de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), en el yacimiento Sierra Chata, en el Oleoducto Campo Boleadoras - Punta Loyola, en el Gasoducto Ramos – Cornejo y en la Central Termoeléctrica ARGENER.

Con el paso de los años, siguió sumando experiencias internacionales: un poliducto de 650 kilómetros desde Enugu hasta Yola en Nigeria, el Proyecto Rusgas en Italia, el Oleoducto Shaybah – Abqaiq en Arabia Saudita, el Proyecto Acueducto Pampa Lagunillas - Cerro Colorado y el sistema de abastecimiento de agua desde Monturaqui, en Chile.

Otro gran desafío internacional llegó entre 1999 y 2000 de la mano del Muglad Basin Oil Development Project, en Sudán, donde Techint E&C se encargó de la construcción de las seis estaciones de bombeo iniciales en un oleoducto de 1500 kilómetros, más una terminal marítima. Y este se sumó a los trabajos que realizó de forma simultánea en la Central Termoeléctrica Loma de la Lata (Neuquén), el relaveducto y tuberías principales de Los Bronces (Chile), el Acueducto Yanbu - Madinah (Arabia Saudita) y en Colombia se dedicó al estudio hidráulico de alternativas para el Gasoducto Ballena Barrancabermeja (1994-1995).

Hacia fines de la década del 90, trabajó para el Gasoducto Norandino. Anteriormente, formó parte de la Central Termoeléctrica Güemes (Argentina, 1980-1981), la planta de aprovechamiento de olefinas del Complejo Petroquímico de Ensenada (Argentina, 1986-1987) y la planta de almacenamiento y despacho de combustibles La Tablada (Uruguay, 1987-1988).

 

El valor de la experiencia

Desde 2015 el ingeniero se desempeña como Consultor de Procesos: brinda apoyo técnico a los proyectos y licitaciones en curso, desarrolla procedimientos de cálculo y estandarización y una de sus tareas primordiales es la formación de personal.

“El incentivo de que uno sigue siendo útil y que puede seguir aportando es fundamental. No es simplemente repetir lo que uno ya hizo antes. Siempre hay novedades y el clima sigue siendo de mucha cooperación entre los sectores”, resalta Guillermo.

En 2008 la revista internacional Hydrocarbon Processing publicó un artículo de autoría de Guillermo titulado “Una correlación experimental mejorada para el factor de fricción de Darcy”, donde enumeraba algunas alternativas a la modelación clásica de ductos e incluía algunas modificaciones a la teoría y sugerencias de mejora. Puntualmente, se muestra que una investigación de la Universidad de Princeton sobre fricción en caños lisos permite prever que el método de cálculo tradicional puede subestimar hasta un 3% la caída de presión en instalaciones industriales.

Según Guillermo, con estas mejoras en el procedimiento de cálculo, aumenta la confiabilidad de los informes hidráulicos y esto es esencial ya que, como ocurre con los proyectos de Techint E&C, cuando existen garantías contractuales de por medio, este margen puede originar incumplimientos. “Previo a estas mejoras al procedimiento de cálculo, era muy habitual sobredimensionar, lo que te hace menos competitivo y te da más incertidumbre en las condiciones operativas”, sostiene.

Por fuera de la compañía, Guillermo dedicó varios años de su vida a la docencia: fue profesor asociado en el Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Buenos Aires (1978-1984) en la cátedra de Operaciones Unitarias II y dictó Matemática II y III (1965-1977).

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