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Entre las montañas y la nieve, avanza el acueducto

Publicado 9.12.2020

Más allá de las condiciones climáticas adversas y la pandemia del COVID-19, continúan a paso firme los trabajos para mina Quellaveco.

En el departamento de Moquegua, al sur de Perú, a más de 4.000 msnm, las montañas nevadas son un paisaje habitual, y las temperaturas pueden oscilar entre los 14ºC en el día hasta los -10ºC por la noche. Así se está construyendo un ducto de 87 kilómetros de longitud, que transportará agua desde el Río Titire hasta la planta minera de Quellaveco.

A los desafíos propios de la obra, se suman condiciones climáticas adversas: “Además de la amplitud térmica, son frecuentes las tormentas eléctricas, que nos obligan a resguardarnos y generan demoras en las actividades”, sostiene el Project Manager Marcio Carvalho. Y continúa: “Además el proyecto se desarrolla a una altura promedio de 4.400 msnm, que se convierte en un factor importante en la merma de la productividad, tanto de equipos como de personas”.

El acueducto para Quellaveco constará de 87 kilometros, siendo  29 km aproximadamente, con tubos de 28”, y  el resto, de 58 km de longitud, se hará con tubos de 24”. Actualmente, el proyecto está en la fase de soldadura de los tubos que se hará con la aplicación del proceso semiautomático en raíz del tipo STT (Surface Tension Transfer). “La elección de este proceso fue cuidadosamente pensado, debido a la necesidad de un mayor nivel de calidad en terminación interna de la soldadura. Esta terminación es muy importante porque el trabajo incluye el revestimiento interno del tipo epoxy de las juntas de campo”, explica Adrián Romagnoli, Gerente de Construccion del pipeline.

En el contexto actual de pandemia del COVID-19, para preservar la salud y la seguridad de los colaboradores, el trabajo se organizó en células: “Son grupos cerrados de trabajo, por disciplina o fase. Viajan en el mismo bus, trabajan el mismo lugar, comen en el mismo turno y duermen en el mismo sitio. De esta manera, una célula nunca se entrecruza con otra, preservando así a cada grupo, explica Andrés Teves, responsable de CMASS en el proyecto.

Además, entre las medidas definidas por CMASS, se destacan el uso obligatorio y permanente de protector respiratorio -y en buenas condiciones-, para todo el personal; el uso de protector facial cuando no se pueda respetar el distanciamiento social de 2 metros por el tipo de tareas que se realizan; el orden, limpieza y desinfección diaria de todos los equipos, vehículos, herramientas, y de los espacios comunes como comedores y baños químicos.

En los próximos meses, se llevarán a cabo las obras especiales - montaje en bofedales y cruce de carreteras y ríos-, así como la bajada y tapada del ducto.

 

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