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Gabriel Vallejo: ingeniero de Selección

Publicado 12.9.2024

Con todas las emociones y adrenalina que dejaron los Juegos Olímpicos, el jefe de Ingeniería de Construcciones y Prestaciones Petroleras y ex integrante del equipo nacional de Vóleibol de Ecuador comparte las claves para encontrar el equilibrio entre la profesión y los hobbies.

 

Gabriel Vallejo, Jefe de Ingeniería de Construcciones y Prestaciones Petroleras (CPP) –filial de Techint Ingeniería y Construcción– y ex miembro del seleccionado de vóley de la provincia de Pichincha y de Ecuador, cuenta cuáles son su hobbies e intereses y destaca cómo replica los valores del deporte en su labor diaria. “El trabajo colaborativo siempre va a superar a la individualidad”, afirma.

De la mano del Programa Jóvenes Profesionales, Gabriel ingresó a CPP en abril de 2013. Recién graduado como ingeniero en Mecatrónica, fue asignado al proyecto Shushufindi para realizar tareas de administración de contratos. Pronto pasó al área de Operaciones, a PyCP y, posteriormente, fue designado Coordinador de Proyectos de Ingeniería para Shushufindi.

 

Grandes desafíos profesionales

En 2018, como Coordinador de Ingeniería de Campo Pendare, lideró un equipo de casi 30 personas, “un punto de inflexión” en su carrera. “El cliente se mudó a las oficinas de Quito y obtuvimos resultados muy positivos en el desarrollo de ingenierías fast-track”, explica Gabriel.

Más tarde, como Coordinador de Ingeniería para el proyecto GeoPark trabajó con un cliente a distancia (Perú y Argentina) y con equipos de trabajo en Argentina, Perú y Ecuador. “Fue retador. Había que desarrollar una ingeniería de 25.000 horas en seis meses y con un grupo multisede. Fue complejo acoplarse a los distintos horarios y culturas. El mayor reto fue la comunicación, así como lograr que la gente que estaba en diferentes sedes se sienta parte de un equipo”, asegura.

Tras concluir estos trabajos, Gabriel volvió a Shushufindi hasta 2023.

 

Equipos adentro y afuera de la cancha

Que un proyecto llegue a buen puerto depende, fundamentalmente, del trabajo en equipo. Y eso es algo que Gabriel entendió desde muy chico. Con tan solo cinco años, ya jugaba campeonatos de fútbol barrial y, al comenzar el colegio, se inició en otros deportes como vóleibol y básquetbol.

“En el ámbito deportivo el equipo es clave y eso lo he tratado de replicar en la oficina. Tener un buen día puede ayudarte a ganar un juego, pero que el equipo esté bien te va a ayudar a ganar campeonatos”, indica Gabriel.

En este sentido, es contundente y sostiene: “En grandes proyectos es complicado que todos se sientan parte y es un trabajo del día a día. Pero es uno de los puntos en los que yo me enfoco siempre, que se formen equipos de trabajo sólidos, que se cree el sentido de pertenencia. El éxito de uno va a ser el éxito de todos y, si alguien tuvo un problema, nos afecta a todos y podemos resolverlo juntos”.

Pasiones que se complementan

Los deportes son fundamental en la vida de Gabriel. Su gran destreza física lo ha llevado a jugar en la Selección de la provincia de Pichincha y, gracias a eso, ganó una beca deportiva en la Universidad ESPE (Universidad de las Fuerzas Armadas), donde estudió Ingeniería en Mecatrónica.

Gabriel rememora esos intensos años de estudio y entrenamiento: “A partir del segundo semestre, me convocaron para la Selección de Vóleibol de Ecuador, obteniendo una beca del 100% para la carrera universitaria. Con la selección de Ecuador empezaron los viajes y pude conocer diferentes países, jugué muchos torneos (preolímpicos, sudamericanos y bolivarianos). Fue una experiencia muy linda. Mi familia estaba completamente orgullosa”.

Hoy en día, además de trabajar, participa en torneos de clubes en la provincia de Pichincha y a nivel nacional. No es fácil combinar ambas pasiones, según Gabriel, pero hace un gran esfuerzo para intentar encontrar el punto de equilibrio. “Para mí tienen el mismo grado de importancia. Tu vida personal es tan importante como tu vida profesional. Y trato de manejarlo así, aunque, muchas veces, es complicado tener un equilibrio. Cuando tengo entrenamiento, tengo que cumplir no solamente conmigo, sino también con mi equipo. A mí me gusta lo que hago, tanto en el trabajo como fuera de la oficina. Entonces no es un sacrificio ir a entrenar”, resalta.

El ingeniero insiste: “El ámbito laboral y el deportivo no son tan distintos. En la empresa, hay días que son más desafiantes que otros y, a pesar de haber tenido un buen desempeño, los resultados pueden no ser los esperados. Entonces, podría decirse que se perdió un juego. Sin embargo, siempre hay oportunidades para mejorar porque aún estamos jugando en el torneo”.

Además, añade: “Cada día es una nueva oportunidad y hay que saber identificar las chances de mejora e ir al siguiente encuentro, a la siguiente reunión con las jefaturas o con el cliente. Para ello, debemos asistir cada vez más preparados, darlo todo en la cancha para poder ganar el campeonato”.

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