Belén Valle es ingeniera aeronáutica y está trabajando en el proyecto La Calera, en Neuquén. Aunque asegura que la experiencia de desarraigo es un desafío, destaca cómo la compañía la acompañó desde el primer momento en ese camino.

Desde que ingresó a Techint Ingeniería y Construcción en enero de 2020, la ingeniera aeronáutica Belén Valle tiene en claro que el crecimiento profesional es su máxima prioridad. Por eso, como parte de la rotación del Programa Jóvenes Profesionales (JP), no dudó ni un segundo en mudarse a la ciudad de Añelo para participar del proyecto La Calera, en Neuquén.

“La experiencia es muy buena. Es un desafío, pero creo que todos están aquí trabajando y apostando para lo mismo y eso está buenísimo”, dice la ingeniera de 30 años que trabaja en el área de Planificación y Control de Proyectos (PyCP).

Antes de ser joven profesional, Belén fue pasante de verano durante tres meses. Ingresó en 2020 en el sector de Ingeniería, Minería y Siderurgia en la sede de Buenos Aires. Según ella, la experiencia como pasante representa un gran cambio del entorno universitario a la realidad laboral. “Creo que el proceso de adaptación y la comprensión del funcionamiento de la empresa representa el impacto más grande. Es correrse de la zona de confort y potenciar tus aprendizajes para poder insertarte”, explica y aconseja a los ingresantes: “Hay que aprender a encontrar realmente dónde está lo importante de la pasantía y del trabajo en sí. A veces no se trata de cuánto conocimiento tengas, sino del carácter con que enfrentes lo que debés resolver cuando no sabés”.

En mayo de 2021, ingresó como JP en el mismo sector, pero luego, gracias al Programa Jóvenes Profesionales, que dura dos años y requiere una rotación de al menos seis meses a proyecto, Belén comenzó a trabajar en el área de PyCP.

Aprendizajes

Belén resalta las numerosas oportunidades que ofrece Techint gracias a su equipo altamente capacitado de profesionales. Según ella, la compañía cuenta con expertos de gran capacidad y visión: “Eso te genera internamente ganas de crecer, de potenciarte y de aprender. Esa ambición que ves todos los días te hace querer acompañarlos y ser parte de eso”, afirma.

 “La compañía te acompaña desde tus primeros pasos hasta que seas el mejor profesional que querés ser”, dice Belén. Otro punto que subraya es la cultura de compañerismo: “Se valora la transmisión de conocimiento de generación en generación. Es un lugar en donde se entiende que debemos compartir lo que hemos aprendido, ya que hay cosas que no se pueden encontrar en los libros. Para mí, esto es fundamental para el desarrollo personal y profesional”, explica.

Por ejemplo, Belén comparte su experiencia durante las dos semanas de capacitación del programa Construir Profesionales 2022: “Junto a algunas compañeras propusimos una reunión con mujeres que son referentes dentro de la compañía para que puedan trasmitirnos sus desafíos y liderazgo. Hubo muy buena recepción y predisposición, se llevó adelante y hoy día está incluida como parte de la capacitación 2023”. Y concluye: “Destaco la libertad de poder ser parte de una mejora continua en cada aspecto de la compañía”.

La ingeniera reconoce que el desarraigo es un reto, pero recalca que el compañerismo y el buen clima laboral hacen más llevadera la jornada. “Lo que más me marcó de la obra fue el contacto directo con todas las disciplinas y las personas involucradas en el proyecto. Creo que mi mayor desafío es adaptarme bien al entorno y hacer una buena transición”, sostiene.

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